Antonio Bonet recibió el encargo de construir una vivienda para Ricardo Gomis y su familia en el año 1949. Este fue el año en el que presentó una primera propuesta, que no fue llevada a cabo.
El desarrollo del proyecto se vio dificultado, puesto que Bonet residía en Argentina, haciendo escasos viajes a España y relacionándose con el cliente por correspondencia.
Es en estas cartas donde Bonet muestra sus intenciones. Es curioso como la situación fuerza al arquitecto a sintetizar y aclarar todo lo posible sus ideas, y su forma de plasmarlas en el proyecto, para convencer a su cliente a través de un simple papel, única herramienta que posee.
La Ricarda se situa en una gran pinada junto a la playa. Este emplazamiento presentaba problemas de inundación, por lo que la primera propuesta fue pensada en dos niveles elevados del suelo. Sin embargo, finalmente se resolvió sobre una gran plataforma elevada 3m sobre el nivel del mar.
De esta plataforma pavimentada surge una retícula ordenadora de módulos de 8,8x8,8m, que permite ordenar la distribución en planta. En una de las direcciones, se realiza una línea doble de 1,3 m de ancho, para establecer las comunicaciones y circulaciones a lo largo de la vivienda. De esta manera, las distintas áreas de la casa se van componiendo bajo esta estructura.
Cabe destacar la construcción de la cubierta en forma de bóveda. Tal y como se ha explicado hoy en clase, Bonet consigue hacer de un problema técnico (resolución de la cubierta y evacuación de agua) el elemento crucial que resuelve el edificio. La característica que lo diferencia de cualquier otro.
Se construye un arco aligerado sobre apoyado sobre dos vigas, y revestido con piezas cerámicas. Este elemento, a su vez, se apoya en pilares de reducida dimensión, creando el efecto de una cubiera "flotante".
Personalmente, lo que más me gusta de este proyecto es la forma en la que se relaciona el interior y el exterior. Con la presencia de espacios intermedios, únicamente cubiertos pero totalmente abiertos, se genera una transición entre lo privado y lo público, la vivienda y el entorno.
Creo que son estos espacios los que le dan una calidad especial a la intervención, ya que se trata de una arquitectura sutil y sugerente. No aparece un elemento construido con un fin delimitado, sino que se va fusionando gradualmente con el exterior, formando un conjunto.