En el año 1935, el empresario Hib Johnson decidió dar a su empresa una nueva imagen moderna y renovada, con un nuevo edificio de oficinas. Para ello, contactó con el arquitecto Frank Lloyd Wright, el cual rechazó la oferta inicialmente, cediendo un tiempo más tarde.
El proyecto debía ubicarse en un suburbio en la ciudad de Racine, Wisconsin. El arquitecto estaba muy sumido con la arquitectura orgánica, fundida en el paisaje, por lo que dicho emplazamiento no le agradaba en absoluto.
Por tanto, proyectó el edificio como si de una frotaleza se tratara, negando completamente su entorno: fachadas ciegas, muros de ladrillo...
"Mi idea de la línea horizontal en el edificio, paralela al suelo, identificada con éste, haciendo que el edificio pertenezca al propio suelo."
El edificio se trata de una plataforma horizontal (con la intención de huir de los rascacielos de la época), cuyo acceso se encuentra camuflado dando directamente a la planta de garaje. (Wright veía el coche como un elemento fundamental de la época, condicionante del movimiento y del espacio).
Quería evitar que el símbolo de la empresa se redujera a la fachada principal provista del acceso, con lo que para adentrarte era necesario recorrer todo el edificio, sin niguna fachada principal, de forma que éste fuera apreciado en su totalidad.
Una vez se atraviesa el acceso, aparece la recepción, la cual invita a la contemplación y a la meditación, casi como una "catedral del trabajo".
La planta principal se presenta totalmente diáfana, sin particiones ni pasillos, donde todos los trabajadores conviven prácticamente aislados del mundo exterior.
La planta superior, destinada a la dirección de la empresa se abre mediante un balcón perimetral a la zona de trabajo inferior. El despacho principal es el único espacio que cuenta con una terraza abierta al exterior.
El sistema estructural se basa en una serie de columnas huecas de hormigón de 6.5m de altura (dando la sensación de adentrarse en un bosque), y tan sólo 22cm de base, cuya cabeza se ensancha hasta cubrir toda la superficie de cubierta. Por el interior de dichos elementos circulas todas las instalaciones.
La luz es un aspecto muy relevante en el proyecto. Wright decidió (como fruto de nuevo de su negación al entorno) introducir toda la iluminación natural de forma cenital, concretamente a través de los huecos libres entre las columnas.
Además, independiza la pared de la cubierta, eliminando la cornisa y cubriéndola con tubos de Pyrex.
Tomó ese material de la industria química, ya que le agradaba las formas curvas que se conseguían, así como los matices en la luz que producían. Garantizaba la privacidad, además de una buena iluminación.
Debido a la complegidad geométrica del edificio, su construcción fue prácticamente realizada a medida, lo que multiplicó por 4 los costes iniciales. Sin embargo, dicho espacio contribuyó a mejorar considerablemente el rendimiento de la empresa, con lo que, 10 años más tarde, Hib Johnson volvió a recurrir a Wright para construir una torre de oficinas para ampliar el conjunto.
"Un edificio simple, algo de estilo fabril, no tan refinado ni caro como el resto del edificio principal" - Hib Johnson
Wright, diseñó una torre de 50m de altura, con esquinas redondeadas y fachadas opacas con tubos de Pyrex. El núcleo central contenía las instalaciones y las comunicaciones verticales.
De nuevo, no contaba con un acceso principal, sino que se accedía a través de una nueva planta de garaje, de forma que ambos edificios quedaran relacionados, sin destacar ninguno de ellos. Las plantas alternaban plataformas cuadradas y circulares.
Wright también diseñó el mobiliario de las oficinas, manteniendo el color de la fábrica de las fachadas, tratando de hacerlo lo más funcional posible.